NUESTRA TINAJA

Nuestras tinajas poseen un grosor de entre 30 y 40 mm, según su tamaño, lo que las dota de una notable inercia térmica. Esta cualidad permite amortiguar cambios bruscos de temperatura durante la crianza.

La porosidad, pieza clave del diseño técnico, se logra gracias a un meticuloso ajuste en la formulación de la pasta y el control preciso de la curva de temperatura de cocción. De este modo obtenemos características técnicas específicas: durabilidad, estabilidad y resistencia térmica.

Tinaja sin fondo

El resultado permite una microoxigenación del vino similar a la que ofrece una barrica tradicional, pero sin los sabores derivados de la madera.

La tinaja es totalmente neutra respecto al contenido. El resultado es un vino sorprendente con aromas terciarios más pronunciados, suavidad, frescor y una evolución diferente a la de la crianza tradicional.

Sello de alma de barro en tinaja

La experiencia demuestra que las tinajas de nuestro taller permiten que el vino madure con autenticidad, expresando su variedad de forma pura. 

En Alma de Barro creemos que la unión de tradición e innovación da lugar a piezas que cuentan historias, y ayudan a crearlas.

Detalle del cierre